lunes, 8 de junio de 2009

El día que fui negra

Un buen día, me desperté y era negra.
Vestía la misma ropa de la noche anterior, estaba recostada en la misma cama, bajo las mismas sábanas, con las mismas personas alrededor de mí, mis ojos permanecían intactos, mi cuerpo no había cambiado en lo más mínimo, sencillamente amanecí negra. La piel que cubría mis manos, mis piernas, inclusive mis orejas tenía el color más negro que mis ojos hayan visto. NEGRO OO, diría Carmelo.
Fue un sentimiento inexplicable. Nadie parecía estar enterado de mi cambio radical, como si toda la vida hubiese sido negra, solamente yo no me había dado cuenta de ello.
Me miré al espejo, luego miré a mis hermanas. Ellas se reían de mi locura repentina, y en seguida me preguntan cuál era el motivo de tanto alboroto. Yo señalando el espejo, les grité desesperadamente - ¡soy negra!
Si, ¿y? - fue lo único que respondió mi hermana menor, volviéndose a arropar.
A pesar de la rabia que sentía por ser incomprendida, pensé para mis adentros que debía de
disfrutar de mi negritud y ser feliz con mi cambio de coloración. Total, siempre había deseado ser morada, como mis hermanas. Aunque el que había ejecutado tal cambio de coloración definitivamente se habían excedido en el matiz oscuro decidí tomar ventaja de aquel sueño que se había convertido realidad.
Era mi primer día siendo negra, tenía que disfrutarlo al máximo. El mundo visto bajo una piel oscura es otro mundo, sin embargo, no me refiero a esto de manera despectiva, al contrario, resultó ser un mágico viaje desconocido lleno de aventuras y sorpresas.
Realmente no. El día que me desperté y fui negra nada había cambiado, seguía siendo yo misma, las mismas costumbres, visitaba los mismos lugares, usaba la misma ropa, participaba de la misma religión, comía la misma bandera, la gente me trataba de manera normal, los tiguere me tiraron los mismos piropos, cursaba la misma universidad, igual me encantaba mi "guiniyuca" (guineo + yuca majá, leally? obvio! inresponsable [chiste interno]) y tenía los mismos amigos.
Ese día, sin embargo, me di cuento de lo genial que era vivir en el siglo XXI, pues en verdad mi persona, en esta época, no habría de transformarse en lo más mínimo sea cual fuere mi piel. Fui feliz al saber que la discriminación algún día terminaría, y esto lo expreso en futuro condicional, pues sólo hubo detalle en el transcurso del día que me permitió dudar sobre mi nueva condición. Sucedió cuando se me erizaron los pelos en el momento en el que escuché a lo lejos gritar a alguien: "La CAMIONA".

Really?

"Winning OnlyTakes Place when we are not afraid to change"